No es una novedad decir que el sector inmobiliario es uno de los más fructíferos si en cuanto a ingresos estamos hablando, por lo que los fraudes y delitos relacionados a este sector abundan. De ahí la necesidad de regular todas sus operaciones y garantizar el compromiso por frenar los delitos inmobiliarios, de todos los que intervienen en el proceso como notarios, inmobiliarias, valuadores, entre otros.
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Si bien, ningún sector está exento de fraudes, en el sector inmobiliario se juegan los posibles ahorros de una vida en personas que buscan la mejor opción para crear un patrimonio y/o tener una vida digna; ahorros que van acompañados de ilusiones, esfuerzo, esperanzas... cosas intangibles que no se recuperan.
Para trabajar como asesor inmobiliario no es necesario cursar ninguna carrera de formación por obligación, no exenta a los agentes de ser unos verdaderos profesionales. Es decir, la nobleza del sector al permitir que las personas encuentren una fuente de ingresos mediante la intermediación de operaciones inmobiliarias, no da pie a que los agentes actúen sin ética y profesionalismo.
Las entidades que regulan y certifican a los agentes inmobiliarios como la AMPI Y APCI en la Ciudad de México, facilitan a las personas la opción de encontrar ayuda profesional para la compra venta de su inmueble, sin poner en riesgo su dinero.
Es por ello que para frenar los delitos inmobiliarios, es indispensable que como agente inmobiliario cuentes con una capacitación constante que te ayude a entender los cambios del sector y te permita afiliarte a una Asociación Inmobiliaria que dé legitimidad a tus operaciones.
El camino que toman muchos asesores inmobiliarios al trabajar por su cuenta sin ninguna certificación que los avale, perjudica al sector y a la confianza con la ciudadanía. Capacitarse es la mejor forma de obstaculizar las operaciones de aquellos que cometen fraudes y acercar un trabajo de calidad a la ciudadanía.
