Una de las primeras cosas que las empresas hacen en momento de crisis es reducir el presupuesto para publicidad, lo cual es un gran error porque es especialmente en estos momentos en que tus clientes potenciales deben tener en mente tu marca. Es por ello que reducir el presupuesto destinado a tu mercadotecnia no es un acierto, al contrario, debes dar a conocer lo que haces y ofreces.
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A pesar de la tendencia a ahorrar dinero, no es momento de replegarse.
La realidad es que debes hacer mercadotecnia efectiva y agresiva para ti y tu negocio si es que quieres sobrevivir, prosperar y quitar participación de mercado a tus competidores.
Cuando vives momentos difíciles debes de aumentar el tiempo que inviertes en el mercado y en la búsqueda de nuevos negocios, además de utilizar recursos, investigar y emplear formas creativas para que tu organización sea más reconocida en los círculos y comunidades en que vendes.
Para lograr objetivos puedes hacer uso de la publicidad tradicional, pero también poner en práctica actividades que no te costarán dinero como llamadas telefónicas, visitas personales, correo tradicional, correo electrónico, volantes, redes sociales, boletines informativos, seminarios, vídeos, actividades comunitarias, etc. La mayoría de estos métodos, son prácticos, económicos y no te costarán nada.
Cuando estés planeando una campaña de relaciones públicas o publicitarias, investiga cuanto te costaría echarla a andar durante un año ya que esta técnica te asegurará un flujo constante de contactos comerciales en un futuro, toma en cuenta que los resultados darán frutos a largo plazo.
También es importante que tu campaña mejore tu reputación en la comunidad o círculos que necesitan tu producto, orientado a resultados, combinando técnicas publicitarias de bajo costo o de costos cero que aumente la visibilidad.
No pienses en el mercado como algo que solo cuesta dinero, pues muchos esfuerzos solo requieren energía.
Como consejo, nunca trates de sustituir los esfuerzos de mercado de labor intensiva con anuncios pagados y no asumas que solo porque no eres dueño de una empresa no necesitarás anunciarte a ti mismo. Nada te dará más protección que la capacidad de generar utilidades, promoverte eficientemente, establecer y cultivar relaciones, informar a la gente quién eres y qué haces, para luego convertir esos contactos en contratos.
