Lo que esperan los millennials que quieren comprar vivienda, es que su agente inmobiliario utilice la tecnología para que la operación sea más rápida y sin complicaciones, procese la información para agilizar trámites y se anticipe a posibles problemas.

 

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Un aspecto que ha cambiado en los millenials frente a otras generaciones, como la de los baby boomers, es que viven en viviendas o habitaciones alquiladas, en algunos casos por decisión vital, en muchos otros, por necesidad.

El 30% de la población, los millennials, prefieren ser propietarios, pero tienen dificultades para conseguirlo (estudio de Pisos.com) El 60% de ellos, que viven de alquiler, quisieran tener vivienda de propiedad e invertir en un patrimonio propio, pero no se lo pueden permitir.

El problema del alquiler es que el precio ha subido un 25% en los últimos 10 años, lo que dificulta el acceso a un préstamos hipotecario, por la falta de ahorros.

PROCESO DE COMPRAVENTA

Los jóvenes asumen un papel más activo en el proceso de compraventa, esperando que su agente aproveche la tecnología para que todo sea más rápido y sin contratiempos. Dedican más tiempo a investigar y a seleccionar a su agente, revisando opiniones y sus redes sociales, y entrevistan de media a 3 agentes antes de decidirse por el que les representará.

Su conocimiento del proceso inmobiliario procede de consultas en Google y videos educativos en Youtube; es sesgado, pero conocen bien los detalles de aquello que les interesa y preocupa. No ven en el agente inmobiliario a alguien que posee mucha información, como podía ser hace años; realmente les interesa que conozca al detalle la zona donde quieren comprar y domine los aspectos legales, fiscales y financieros.

EXPECTATIVAS DE COMPRA

La generación millennial se diferencia de otras en cómo afrontan el proceso de compraventa inmobiliarias. Asumen un rol más activo, adelantándose al profesional inmobiliario en tareas que hace años eran exclusivas del agente, como determina la lista de viviendas para visitar (compradores) o determinar el precio de salida al mercado (vendedores).

El acceso a la información ha propiciado que se documenten sobre el proceso, aunque siguen confiando en la figura del asesor que les guíe en los momentos de dificultad y para solucionar problemas complejos. Entienden que la tecnología ayuda al profesional a mejorar su labor y esperan que usen big data e inteligencia artificial para encontrar el precio adecuado para la venta o la vivienda con mejor rentabilidad al invertir.

No se fían tanto de recomendaciones y prefieren investigar por su cuenta, necesitando más reuniones de evaluación con agentes para decidirse por la contratación. El  48% de los Millennial revisan opiniones y testimonios que realizan clientes de agentes inmobiliarios; un porcentaje que dobla a la generación baby boomers.

Las habilidades más valoradas por los jóvenes compradores en los agentes, son las de negociar y defender una oferta frente a la parte vendedora. En cuanto a los vendedores, toman parte de actividades clave, como el establecimiento del precio de salida; solo el 62% de los Millennials dejan esa actividad totalmente de la mano del asesor inmobiliario.

Pese a estas “auto-tareas”, consideran que la labor de encontrar al comprador adecuado, es un proceso en el que debe intervenir el agente, para calificar y evaluar su oferta. A la hora de seleccionar un agente, la cuestión de horarios es lo más relevante para el 59% de los Millennials muy por encima de cualquier otra generación.

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