Open house o puertas abiertas en español, es una técnica de marketing que se inventó en Estados Unidos para enseñar una vivienda a los posibles compradores.

 

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A grosso modo diremos que, el open house es una jornada de puertas abiertas para enseñar una vivienda. La mayor ventaja es que el comprador no tiene que buscar una cita con la inmobiliaria, sino que será ésta la que abrirá las puertas de dicha vivienda a todos los interesados durante un día entero. Pero es un proceso laborioso.

Lo primero es que este evento requiere de una previa publicidad en redes sociales, la web de la inmobiliaria y la búsqueda del público objetivo ideal, así como seleccionar un día perfecto, como un sábado o un domingo en el que menos gente trabaja. Se consiguen muchas más visitas a la propiedad en mucho menos tiempo. Digamos que es una buena técnica en estrategias de marketing relacional, dada la cercanía con el cliente.

Obviamente la vivienda deberá estar perfectamente acondicionada. Estar perfectamente limpia, las luces encendidas, las ventanas abiertas… debe dar la sensación de que estamos invitando a amigos a nuestra casa. Algunas inmobiliarias encienden la televisión o la radio, aromatizan la vivienda o incluso preparan café para hacer sentir a los posibles clientes, que están en su hogar. Incluso se hacen obsequios por la visita. Otra ventaja es que los agentes inmobiliarios encargados, estarán disponibles durante todo el día para contestar con detenimiento todas las dudas de los visitantes, sin prisas.

En México aún no tiene mucho auge. Se utiliza en algunos casos de edificios públicos o de pisos piloto que deben estar preparados como si estuvieran habitados. De hecho, las nuevas tecnologías también nos permiten hacer la visita virtual sin tener que desplazarse, pero nos ha parecido interesante explicar un poco esta técnica de venta.

 

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