La plusvalía es el incremento del precio de un bien inmueble o producto y puede ser el resultado de diversas causas que no siempre el propietario puede controlar o influir.
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En el caso de las propiedades, su plusvalía tiende a aumentar por diversos factores. Entre los más comunes están:
Ubicación: Si el inmueble se encuentra en una zona conurbada y cotizada que cuenta con servicios básicos como transporte público, escuelas, centros comerciales, oficinas, áreas verdes, supermercados, etc.; dará pie para que la plusvalía del inmueble aumenté, ya que anunciará un aceleramiento y desarrollo de la zona.
Seguridad: Cuando la propiedad cuenta con seguridad, ya sea pública o privada, un ambiente apacible, con estaciones de policía y hospitales cerca, cámaras de vigilancia, barda perimetral, alarmas vecinales, y un bajo índice delictivo.
Accesibilidad: Si la propiedad tiene vías de comunicación que permite su acceso de manera rápida y cómoda, y no está en avenidas transitadas o cerca de mercados ambulantes.
Servicios: La propiedad debe contar con servicios de energía eléctrica, agua, drenaje, teléfono, cable, transporte, plomería, recolección de basura, cerrajería, supermercados, mercados, panaderías, etc.
Planes de desarrollo: La plusvalía depende mucho de las construcciones que se realizarán en la zona en el futuro a corto o mediano plazo. Entre las construcciones que se pueden tomar en cuenta encontramos los centros comerciales, centros de negocios, bancos, hoteles, fraccionamientos, desarrollos habitacionales, etc.
Mantenimiento: Cuando el inmueble cuenta con elementos de valor agregado como acabados, mobiliario fijo, adaptaciones y servicios de energía eléctrica, gas natural o estacionario, calentador solar de agua o jacuzzi.
En términos generales, la plusvalía se calcula según el rendimiento y con un análisis minucioso del mercado, es por ello que al comprar una casa o departamento, ya sea por interés patrimonial o financiero, la plusvalía no se debe perder de vista al momento de adquirir un inmueble.