Como asesor inmobiliario seguramente has tratado con clientes que buscan disminuir el precio de un inmueble, mientras que otros buscan incrementar su precio y como bróker hipotecario tus clientes buscan obtener las tasas de interés más bajas, así como mejores condiciones para su hipoteca. Pero negociar no es lo mismo que regatear, regatear solo es una pequeña parte del proceso de negociación.En esta entrega del blog te decimos las diferencias entre la negociación y el regateo.
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¿Qué es el regateo?
Regatear es una discusión entre el comprador y vendedor donde se busca acordar un importe razonable sin cuidar la forma de conseguirlo. No obstante, cuando se regatea, lo más importante para ambas partes es sacar el máximo provecho a favor de una sola parte, esto sin importar si el comprador se ve sofocado por el alto precio o si el vendedor pierde su ganancia, aquí lo que importa es quien dobla el brazo primero.
¿Qué es el la negociación?
Por otro lado, negociar es un proceso en el que intervienen dos o más personas con intereses comunes, donde intentan llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes, no es una carrera que gana el primero que cruza la meta, si esto llega a suceder significa que la negociación resultó fallida. Entonces cuando en una transacción inmobiliaria una persona pierde y otra gana significa que no hubo negociación, sino regateo.
Como intermediario es clave que mantengas la conversación en un nivel de respeto para ambas partes, además trata de exponer el por qué del precio y porque no se puede bajar más o en su caso el por qué si hacerlo. No siempre es fácil negociar y menos con la latente intención del regateo, en el mundo inmobiliario existen situaciones en las que las partes están en conflicto y el beneficio de una implica el perjuicio de otra, en estos casos debes tratar de guardar la calma y hacerte cargo de la situación.
¿Cómo usar el regateo y la negociación?
Siempre procura el beneficio de ambas partes, recuerda que tu prestigio y nombre están en juego, si logras acordar un trato en el que ambos están de acuerdo y ambos tengan beneficios, las personas confiaran más en ti y te recomendarán si, por el contrario, te centras en el beneficio de una sola parte te pueden tachar de ofrecer un mal servicio y de hasta estafador.
Como ves, al encontrarte en una situación de regateo es muy complicado intermediar debido a que las ambas partes están centradas en su beneficio y no están dispuestos dar su brazo a torcer y si el trato no sale como ellos quieren te culparan por ello. Sin embargo, lo único que puedes hacer es brindarles argumentos sólidos basados en tus conocimientos del sector, con ellos sabrás cuando se puede negociar el precio de un inmueble y cuando no.
El conocimiento y la empatía son tus mejores armas en estos casos, analiza todo, la ubicación, el estado de la propiedad y su situación legal para poder saber si el precio puede bajar o subir.
