Las preguntas genéricas como ¿Qué tal va tu día? ¿Qué tal el clima en tu ciudad? Son amables, pero demasiado trilladas en la interacción de vendedor y cliente.

Evita que tus clientes se vayan y te hagan mala fama, por no resolver acertadamente sus problemas o tener una correcta comunicación con ellos. Errores muy básicos pueden costarte tu carrera.

Como agente hipotecario debes tener claro que debes velar por los intereses de la institución a la cual representas y con la que colaboras en todo momento, cuidando especialmente no afectar los servicios que se ofrecen al público. 

Seguramente en más de una ocasión como prestador de servicios, sin importar, el giro y sector al que te dediques, te has visto inmerso en una discusión con tu cliente. Esto es más común de lo que piensas, pero el secreto para que esta situación no se torne agresiva, y termine en malos entendidos es saber escuchar, intercambiar ideas y contar con argumentos claros y certeros.